Instalar placas solares en casa de campo

Uno de los grandes inconvenientes a la hora de mantener una segunda vivienda es el pago de las facturas de la luz. Las facturas de electricidad continuarán llegando cada mes aunque no estés en tu segunda vivienda, ya que aunque no estés, tienes que pagar la potencia contratada. Por ello, una opción que puede solucionar este problema, es la instalación de placas solares en tu casa de campo o segunda vivienda.

En multitud de ocasiones, la primera opción es bajar al mínimo la contratación de potencia, reduciendo así el gasto. Pero esto se convierte en un inconveniente durante tu estancia en la vivienda. Con una instalación fotovoltaica podrás reducir al máximo el pago de la factura de la luz sin perder la potencia. Incluso en los casos de no conseguir una instalación de autoconsumo aislada de la red eléctrica.

Averigua cuántos paneles solares instalar en tu segunda vivienda

Actualmente la energía solar se ha convertido en una opción muy utilizada en fincas, casas de campo y viviendas en zonas de playa. Generalmente estas viviendas se encuentran en zonas con un clima estable. Está demostrado que la temperatura ideal para el perfecto funcionamiento de los paneles solares es de unos 25ºC, por lo tanto en aquellas zonas donde se mantenga esta estabilidad durante períodos más largos al año, son más eficientes en términos de generación de energía.

Lo primero que necesitamos saber para dimensionar esta instalación es cuánta energía consume realmente su casa de campo. La mejor manera de hacer esto es sumar todo el uso promedio de los dispositivos y aparatos eléctricos. Este se puede consultar en el manual de usuario. Si el número que dan es de kWh anuales, divídelo entre 365 para obtener el uso diario en kWh.

Una vez que sabes cuánta energía necesitarás cuando estés en la casa de campo, tienes que pensar durante cuánto tiempo te alojarás. Puede que haya algunas cosas que quieras que sigan funcionando cuando no estés, como por ejemplo el frigorífico. Por lo tanto, igual que en el paso anterior, ahora debes averiguar cuánta energía usarás cuando no estés allí. 

Una vez sepas estos dos datos, añade un poco de búfer, es decir, de margen. No querrás terminar en una situación en la que tengas menos energía de la que necesitas. De igual forma, te recomendamos pensar en un sistema de almacenamiento de energía.