Además de renovables y ecoeficiencia necesitamos consumo responsable
Lo cierto es que nuestro estilo de vida está basado en dilapidar intensamente recursos sin reparar mucho en sus consecuencias, es por ello que planeta requiere de una transición urgente en nuestro estilo de vida.
Un cambio en el modelo energético basado en el uso de fuentes de energía renovables y no contaminantes, y un mejor aprovechamiento de la energía, lo que conocemos como eficiencia energética, sin duda ayudarían a mejorar la situación que se nos avecina.
El punto de inflexión viene por sumar a estos 2 ejes, un tercero que racionalice nuestro actual estilo de vida. Nos referimos al consumo responsable.
Entendemos por un consumo responsable aquella conducta consistente en la inclusión de criterios sostenibles (en sus 3 vertientes: económica, social o ambiental) a la hora de comprar y consumir productos o servicios.
Estos criterios sirven para ponderar aspectos de la amplia oferta de la que disponemos hoy en día. Podemos fijarnos en características propias del producto en sí mismo, su origen o proceso de fabricación, respeto a los trabajadores o el cuidado de su entorno ambiental, por citar algunos parámetros.
Como consumidores está nuestra mano una aproximación responsable al consumo, ya que podemos discriminar los productos tanto de forma positiva como negativa.
¿En qué consisten estos tipos de discriminación? Pues en incorporar a nuestra decisión de compra aspectos que, o bien valoren positivamente un producto o marca sobre otro (por ejemplo, eligiendo un coche eléctrico frente a uno diésel, o pagando más por la marca sostenible frente a la no sostenible), o bien con la aproximación negativa, evitando consumir ciertos productos (por ejemplo, no comprar una marca que no respete los Derechos Humanos, o evitar consumir en determinados establecimientos o enseñas).
De esta manera, los consumidores podemos tomar conciencia sobre el impacto de nuestros hábitos de consumo en el mercado. Un consumo responsable envía señales a las empresas para incentivar una gestión responsable por parte de las mismas.
Ideas para llevar un consumo responsable
Pero vamos a concretar un poco, ¿qué podemos hacer nosotros como consumidores para llevar un estilo de vida sostenible? Aquí van 3 ideas:
1- Consumir productos kilómetro cero
Se dice que un producto es kilómetro cero cuando el transporte desde su lugar de origen al punto de consumo no es considerable. Dar prioridad a la oferta de productos locales ofrece ventajas como tener cadenas de aprovisionamiento cortas, costes de transporte más bajos, y entregas más fiables y responsables.
Desde una perspectiva social y económica, ayuda a las comunidades locales y crea más puestos de trabajo en esas zonas. Desde una perspectiva medioambiental, significa reducir la energía que se invierte en el transporte de esos productos.
No nos podemos olvidar que la producción local también tiene que ser eficiente para dejar de ser una alternativa marginal y ganar cuota de mercado.
2- Reducir el desperdicio de alimentos
Un tercio de los alimentos que se producen se tiran a la basura. El impacto que tiene esta basura desde el punto de vista económico, social y medioambiental es enorme.
Y cuando hablamos de basura nos referimos a cualquier tipo de material de deshecho, desde alimentos en nuestra casa hasta productos industriales y agrícolas. Por eso trabajar para conseguir una sociedad que tienda al desperdicio cero involucra un esfuerzo colectivo considerable.
En el concepto de cero desperdicio se considera que la basura tiene cierto valor, de ahí que nos interese el reciclado o reutilización, y que ésta sea un recurso importante en la producción de nuevos productos. Este concepto enlaza con los postulados de la economía circular.
3- Reducir la huella de carbono
Lo hemos dejado en último lugar para darle más énfasis. El concepto de la huella de carbono está de moda, tanto que desde las instituciones públicas se nos anima continuamente con consejos para reducir en nuestro hogar la huella de carbono. A las compañías energética les gusta menos porque esto lleva aparejado reducir nuestra factura energética.
Nuestra huella de carbono viene determinada por la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) que se emiten tanto por nuestros hábitos como por los productos y servicios que consumimos. Por ejemplo, en ocasiones nos olvidamos de la energía y los recursos que se consumen en transportar alimentos desde lugares remotos del planeta.
Resumiendo y para terminar, unos de los grandes desafíos de las compañías del futuro será proveer a un público que incorpore a su estilo de vida pautas de consumo responsable, y como no, unido al uso de energías renovables y al ahorro por medio de la eficiencia energética. Un ejemplo de ello es la instalación de sistemas de energía solar para el uso en nuestro hogar. En HogarSolar podemos asesorarte para ayudarte a tomar una mayor conciencia con el medio ambiente.